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Todo sobre el vino de Borgoña
Las grandes zonas vitivinícolas de Borgoña
El viñedo de Borgoña se extiende por más de 230 km, desde el norte de Chablis hasta el sur del Mâconnais. Se divide en varias zonas emblemáticas: Chablis para sus blancos frescos, la Côte de Nuits para sus grandes tintos de guarda, la Côte de Beaune para sus blancos complejos y tintos sedosos, la Côte Chalonnaise por su excelente relación calidad-precio, y finalmente el Mâconnais, tierra de blancos generosos. Este mosaico de climas y suelos convierte a Borgoña en uno de los mayores terroirs vitivinícolas del mundo.
El lugar del vino natural en Borgoña
Durante mucho tiempo percibida como una región muy clásica y rígida, Borgoña ha vivido en los últimos años un auge alrededor del vino natural. Cada vez más viticultores salen de los caminos tradicionales para proponer cuvées sin aditivos, con levaduras indígenas, a menudo sin filtrar. Esta renovación a veces choca con las tradiciones pero permite redescubrir el pinot noir y el chardonnay en expresiones más libres, vivas y vibrantes. El vino natural de Borgoña sigue siendo exigente, pero conquista a más amantes que buscan emociones.
Los vinos tintos de Borgoña
Los vinos tintos naturales de Borgoña provienen principalmente del pinot noir, una variedad delicada que expresa toda la finura de los terroirs. En versión natural, estos tintos ganan en fruta, energía y facilidad para beber, manteniendo la complejidad. Según su procedencia, pueden ser ligeros y florales (Côte Chalonnaise, Mâconnais) o más profundos y estructurados (Côte de Nuits). Las vinificaciones sin azufre, a veces con racimos enteros, revelan una expresión del pinot noir más espontánea y menos amaderada, perfecta para los amantes del tinto vivo.
Los vinos blancos de Borgoña
El chardonnay es el rey en Borgoña. En versión natural, se libera de crianzas pesadas para dejar hablar la tensión mineral, la frescura y la pureza de la fruta. En Chablis o en las Hautes-Côtes, se encuentran blancos rectos, salinos, casi cristalinos. En Côte de Beaune o en Mâconnais, el chardonnay adquiere una expresión más amplia, redonda, a veces untuosa. El trabajo sin azufre ni filtración devuelve al vino blanco de Borgoña una expresión más directa, a veces ligeramente oxidativa, que puede sorprender pero encanta por su personalidad.
¿Con qué maridar un vino natural de Borgoña?
Los tintos naturales de Borgoña, suaves y afrutados, maridan perfectamente con carnes asadas (pollo, cerdo de campo), platos vegetarianos con setas o quesos de pasta blanda. Los blancos, según su tensión o redondez, realzan pescados a la parrilla, aves con crema o incluso platos exóticos con jengibre o citronela. Las cuvées naturales, a menudo más digestivas, abren el campo a maridajes con platos más ligeros y modernos.
¿Cuáles son las mejores bodegas naturales de Borgoña?
Borgoña está llena de talentos en vinos naturales. Entre ellos, la Maison Valette en Mâconnais se impone como una referencia con blancos de rara profundidad, trabajados sin compromisos. La bodega privilegia largas crianzas, a menudo sin azufre, para revelar la esencia misma del terroir. Para los tintos, Jérôme Galeyrand, de Côte de Nuits, ofrece cuvées accesibles y precisas en vinificación natural. Su trabajo riguroso en viña y bodega demuestra que Borgoña y vino natural pueden ir de la mano.